¿Qué nos trata de decir Dios con el Milagro Eucarístico en Polonia?

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En la Hostia se encontraron fragmento semejantes al músculo del corazón. El tejido era de origen humano y encontraron marcas de sufrimiento.

El 17 de Abril, el Obispo Zbigniew Kiernikowski de Legnica, Polonia anunció la aprobación de un milagro Eucarístico en su Diócesis.

El milagro sucedió hace algunos años, en la misa de Navidad de 2013, cuando una hostia consagrada cayó al suelo (durante la Comunión ) y fue levantada y puesta en un recipiente con agua. Poco tiempo después, aparecieron manchas rojas en la hostia.

El milagro fue puesto a prueba y el Departamento de Medicina Forense encontró lo siguiente:

«En la imagen histopatológica, se encontraron los fragmentos que contienen las partes fragmentadas del músculo estriado transversal que se asemeja al músculo del corazón».

Las pruebas también determinaron que el tejido era de origen humano y encontraron marcas de sufrimiento.

Lo que es más interesante aún es saber cómo se diferencia este milagro Eucarístico de otros, como por ejemplo el milagro en Lanciano.

A menudo, en el altar la Eucaristía es transformada en sangre después de las palabras de consagración como respuesta a la falta de fe del sacerdote.

En esta ocasión, el milagro ocurrió luego de que la Sagrada Hostia cayera durante la Santa Comunión.

El milagro mismo pudo haber ocurrido en la sacristía cuando pusieron la hostia en agua (así es el procedimiento adecuado), pero aparentemente una causa del milagro fue la falta de preocupación o atención por el Santísimo Sacramento.

Ahora, los accidentes ocurren y no estoy tratando de señalar a nadie, mucho menos al sacerdote que dejó caer la hostia.  Sin embargo, esto trae a colación un tema interesante: el uso de patenas.

En la Iglesia Católica, la patena es usualmente un disco dorado utilizado por el monaguillo y que se debe sostener debajo de la boca o manos de la persona que está recibiendo la Comunión. Sirve para atrapar cualquier hostia o partículas de la hostia que, de lo contrario, caerían al suelo.

La práctica ha sido abandonada por la mayoría de las iglesias durante las últimas décadas, pero el documento Redemptionis Sacramentum establece que:

“La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento” (Arto. 93).

Esta Instrucción fue preparada por mandato del Sumo Pontífice Juan Pablo II por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en colaboración con la Congregación para la Doctrina de la Fe y el mismo Pontífice la aprobó el día 19 del mes de marzo, solemnidad de San José, del año 2004.

Incluso la Instrucción General del Misal Romano hace referencia a “la bandeja para la Comunión para la Comunión de los fieles” como parte de los artículos necesarios para la Misa.

Este milagro debería hacernos reconsiderar cómo nos acercamos a la Sagrada Eucaristía. ¿Creemos realmente que Jesús está presente en el pan y en el vino durante la Misa? ¿Tratamos las hostias con todo el respeto que merecen, siendo extremadamente cautelosos durante la distribución del Preciosísimo Cuerpo de nuestro Señor?

No deberíamos abandonar el uso de las patenas en las Misas por considerarlo una práctica «anticuada» ¡La razón por la que utilizamos patenas en la Misa es por nuestro amor a Dios!

¿Por qué sostenemos a nuestros hijos con extremo cuidado, asegurándonos de no dejarlo caer? ¿Por qué no tener ese mismo cuidado con la Hostia Eucarística durante la Misa que es Cristo nuestro Señor? ¡Lo que sostenemos en nuestras manos no es sólo pan!

Tal vez este milagro vino en el momento preciso a nosotros, cuando muchos Católicos no creen en la Presencia Real de Cristo y durante una era en la Iglesia donde no se le guarda el debido cuidado a la Eucaristía.

El tejido de corazón encontrado “mostraba señales de sufrimiento” y tal vez es así para mostrarnos el sufrimiento de Cristo cuando no cuidamos de Él.

¡Tomemos esto como una lección y reavivemos nuestro amor por Jesús en el Sacratísimo Sacramento!

¡Oh Santísimo Sacramento! ¡Oh Sacramento Divino!

Infinitamente seas alabado y te damos infinitas gracias en todo momento.

Varios Milagros Eucarísticos confirman el mismo tipo de sangre y ADN de Cristo

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Pruebas científicas en una amplia variedad de milagros eucarísticos demostraron consistentemente carne humana con grupo sanguíneo AB

La Doctrina de la Iglesia Católica siempre ha sostenido que, tras la consagración en la Misa, Cristo se hace verdaderamente y sustancialmente presente en el pan y el vino en el altar.

A lo largo de los siglos, sin embargo, han habido numerosos informes de las Hostias consagradas, literalmente, convirtiéndose en carne y sangre en forma físicas.

Milagro Eucarístico de Lanciano

Uno de esos milagros sucedió en el siglo VIII de Lanciano, donde un sacerdote que dudaba de la presencia real de Cristo en la Eucaristía vio el pan y el vino transformarse en carne y sangre humanas al decir las palabras de consagración.

Hostia convertida en carne milagro eucarístico de Lanciano
[Milagro Eucarísitico de Lanciano – Imagen de la Hostia]

Más de 1.200 años después, esa carne no se ha descompuesto y todavía se conserva en la Iglesia de San Francesco en la ciudad italiana.

Odoardo Linoli, profesor de anatomía, realizó un análisis científico en 1971 y concluyó que la carne era tejido cardíaco humano del grupo sanguíneo AB. La sangre todavía estaba fresca, pero no contenía ningún rastro de conservantes.

El grupo sanguíneo AB, que es relativamente infrecuente, realmente sigue apareciendo en los milagros reportados.

Milagro Eucarístico en Buenos Aires

En 1996, una mujer se acercó a un sacerdote en una parroquia de Buenos Aires para decir que había encontrado una hostia profanada en un candelabro en la parte trasera de la iglesia. Cuando el sacerdote puso a la Hostia en un vaso de agua para disolverse, como se especifica en la ley canónica, pareció convertirse en un trozo de carne ensangrentada.

Hostia convertida en carne milagro eucarístico de Buenos Aires
[Milagro Eucarísitico de Buenos Aires – Jorge Mario Bergoglio (ahora Papa Francisco, fue testigo]

Tres años más tarde, después de que la carne no se había descompuesto, el Papa Francisco (en aquel entonces obispo Jorge Mario Bergoglio) envió una muestra para su prueba en California.

Los resultados vinieron de vuelta y resulto ser que la sangre era del grupo AB, y era realmente humano.

El doctor Zugiba de la Universidad de Columbia, un reconocido cardiólogo, concluyó que el tejido era un fragmento del músculo cardíaco que había estado bajo estrés severo, como si el dueño hubiese sido golpeado severamente por el pecho.

Un análisis posterior de los resultados del milagro de Buenos Aires y del milagro de Lanciano de hace un milenio, encontró que las muestras de tejido tenían el mismo ADN.

Milagro Eucarístico de Bolsena

Mientras tanto, las pruebas realizadas, a mediados de la década de 1990 en un tercer milagro, al Corporal de Bolsena (siglo XIII), también encontraron que las trazas de sangre era del grupo AB, el mismo resultado que las pruebas de manchas de sangre en el Sudario de Turín entre otros.

Hostia sangrando milagro eucarístico de Bolsena
[Milagro Eucarísitico de Bolsena]

Por supuesto, esto podría ser simplemente una coincidencia masiva, o una conspiración de la Iglesia de estilo Dan Brown para plantar muestras de sangre y tejido fresco en milagros en todo el mundo justo antes de que se prueben, pero las posibilidades son remotas.

Mientras la Iglesia celebra la fiesta de Corpus Christi (Cuerpo y Sangre de Cristo), los católicos debemos recordar esta doctrina clave de la fe, científicamente verificado, por lo visto.